viernes, 23 de agosto de 2013

MARATON

Recordaré siempre a este verano que se extingue por los 12 libros que lo vivieron conmigo; fue como correr un maratón que alteró la musculatura de mi alma.

Aprendí con la belleza de “Manon Lescaut” que la percepción que tengo del otro puede ser distorsionada en el espejo de mi pasión.

Con la fuerza de “Jane Eyre” comprobé, que es una decisión propia y personal eso de ver la belleza en el otro y eso de establecer sueños que se sintieron imposibles hasta que se volvieron realidad.

Con el silencio de “Bartleby”, me di cuenta del impacto que tienen las cartas muertas, las palabras no dichas, aquellas que se quedaron encerradas y no llegaron a su destino.

Con la generosidad de “Benito Cereno”, entendí que igual que él me equivoco al interpretar, guiada por mi propio mapa perceptual, lo que mis ojos ven y a la gente que me rodea.

Con la “Metamorfosis” comprendí que un bicho simboliza un cambio drástico en la normalidad, algo que destroza la rutina sacudiendo las bases de la familia y transformándola para siempre. La extinción del bicho, no hará posible el regreso de Gregorio que se ha perdido para siempre.

Con “Un Médico Rural”, descubrí que hay heridas que nos hermanan y que nos definen y que no pueden ser curadas sino sólo aceptadas.

Mirando y saboreando la poesía de la novela “Al Faro”, distinguí el significado y la fortaleza eterna de la luz iluminadora de una madre que abraza mientras guía a los hijos por el mar de la vida.

En “Luz en Agosto” pude ver como el dolor y el abandono definen el color de la piel que habitamos, el sabor de la sangre que albergamos, el resultado de las vidas que vivimos.

Con la sabiduría infinita del maestro Borges y sus “Ficciones”, recibí la alegría de saber que todos “los hubieran” de mi vida son posibles; de que existen en dimensiones que no puedo ver pero que están ahí, en el mismo mundo en el que se encuentra ese jardín con senderos que se bifurcan.

Tiritando con “El Palacio de Hielo”, comprobé la fragilidad y belleza de los corazones de los niños congelados por secretos, por palabras mal interpretadas, por suposiciones inadecuadas, por la dureza de vivir en un mundo de adultos.

“Beloved” confirmó en mi misma la importancia absoluta del amor por los hijos en el corazón de una mujer. Beloved me marcó con su hierro candente el horror de la esclavitud, de la irracionalidad y del sinsentido del odio y de la intolerancia hacia una piel diferente.

Con “Desgracia” experimenté el dolor de África y de un país cuya gente oprimida reclama lo que le fue arrebatado a un hombre degradado por sus actos, justo al inicio de su vejez, del final inexorable e ineludible.

Mi alma no podrá ver el mundo de la misma manera, luego de vivir este verano cargado de sol y de libros.

Falmer, 23 de agosto de 2013 

Me disculpo por el abandono

En los últimos meses he dejado a un lado mi hábito de escribir para este blog, testigo de mis vivencias y de mis lecturas.

Los libros y el buen clima me han absorvido y he abandonado este espacio que constituye un reto, aquel de desnudarme, de describir, de transmitir usando palabras esquivas que gustan ser buscadas en esquinas de un cerebro que prefiere el placer simple de la lectura.

Parece que ya estoy de regreso!